Aventuras congelantes desde la Antártica – Continuación cruce del Paso Drake e Isla Barrientos (4)

31/03/2013  By

Aventuras congelantes desde la Antártica Relatos de mis experiencias en el viaje de expedición 2013 Por: Humberto Sánchez Baquedano

Lunes 25. Continuación cruce del Paso Drake

He despertado a las 7:00 horas después de dormir bien durante la segunda noche abordo. Son las 7:40am y la posición geográfica es 61°03.850′ latitud Sur, 61°01.750′ longitud Oeste. Desde el bar-área de observación el campo de visión es bastante amplio, no hay bancos de niebla, aunque sí está nublado.

He desayunado lo mismo que el día anterior: unas rebanadas de fruta: melón verde y sandía, además huevos revueltos, tocino frito y unos cuernitos recién salidos del horno. Café con leche y jugo de naranja.




Al salir de la cabina, con mi gorro tejido con forma de pingüino, causé sensación y revuelo entre mis compañeras y compañeros, manifestando su aceptación y beneplácito ante mi ocurrencia. A muchas damas aquí presentes les ha gustado: escucho a cada rato: “I love your hat”. Ya me han tomado varias fotografías, y aún no habíamos visto un solo pingüino ni tampoco hecho ningún desembarco.

Salí a cubierta y observé las primeras aves de la Antártica: unos petreles.

A las 9:30 horas, asistí a la conferencia “la Naturaleza de los pingüinos”: Actualmente hay 17 especies. Desde 40 centímetros del pingüino Enano de Nueva Zelanda, hasta 120 centímetros del pingüino Emperador. El Adelia y el Emperador son exclusivos de la Antártica.

Tienen la forma más hidrodinámica, que ha servido de ejemplo a ingenieros en diseño. Cuando hay nieve o hielo, hacen “tobogganing” o deslizamiento sobre el pecho. Una curiosidad, es que el Adelia puede tener hasta 80 plumas por centímetro cuadrado de superficie de piel. Y el proceso de muda de plumaje es interesante: la nueva pluma que viene del interior de la piel, empuja a la pluma vieja y hasta que ya está en su lugar la nueva, la vieja se cae.

Las plumas les ayuda a mantener el calor, a manera de termorregulación. Las mudan una vez al año y al cambiarlas, no pierden la antigua hasta que la nueva ya está en su debida posición. La nueva empuja a la antigua, como una aguja. También duermen en ciclos cortos de tiempo. El período de incubación, es según la especie, de 3 a 4 semanas. El juanito o Gentoo ha estado colonizando otras zonas más al sur, se cree que es por efecto del calentamiento global. Tiene cola de cepillo. Los pingüinos se alimentan de krill. Nos mostraron ejemplares del crustáceo obtenido de los filtros del barco. He tenido y fotografiado uno en mi mano.




Después de la conferencia he estado en cubierta y en el puente de mando: he visto como asoma la espalda de una ballena jorobada, así también varias exhalaciones de aire y agua de las mismas. Igualmente, un segundo iceberg. He visto los primeros pingüinos de Barbijo, nadando y saltando muy cerca del barco. Aves, ya han sido varias, incluyendo el petrel plateado, petrel de Wilson y el albatros ceja negra.

Llegó la hora del almuerzo. En mi mesa estuvieron compañeros de Suiza, Rusia, Malasia y Argentina, además de México. Estuvo muy interesante la plática, usando el idioma inglés.

Debido al buen tiempo que tuvimos durante la navegación del Paso Drake, llegamos antes de lo previsto, por lo que fue posible hacer el primer desembarco: Isla Barrientos en el archipiélago de Aitcho, ubicadas a 62°23′ latitud Sur, 59°50′ longitud Oeste.




Fauna observada aquí: elefante marino, lobo marino, pingüinos papúa y barbijo adultos y sus polluelos, skúas, paloma antártica y el petrel gigante. Flora: musgo y líquenes, además de algas.

Una de las experiencias que no tienen precio, es cuando un polluelo de pingüino gentoo, inocente, se acerca a mi, y empieza a «picar» las botas y el pantalón. Cabe aclarar que, como visitantes, nos está prohibido acercarnos a ellos. Debemos guardar cierta distancia. Pero, si ellos son los que se acercan a nosotros, entonces no hay problema. Siempre alertas ante cualquier posibilidad de algún ataque, porque son animales en estado salvaje. Pero tratándose de un polluelo, qué más nos puede hacer.

Como se observa en las imágenes, el polluelo aún está mudando su plumaje, para luego convertirse en adulto.

 




Tuve la oportunidad de obtener buenas fotografías, con acercamientos de los pingüinos y demás fauna. Su forma de caminar es muy graciosa: su contoneo es único.

 




La cadena alimenticia de las especies que habitan la Antártida: unas eskúas atacan a un pingüino, mismo que no tarda en convertirse en alimento. De manera inmediata empiezan a despedazarlo.

 







Por otro lado, el instinto maternal de alimentar a sus polluelos, por parte de los pingüinos madre, que traen el alimento en la panza, que previamente recolectaron en el mar, y medio digerido se lo traspasan a sus crías. Un espectáculo que la Madre Naturaleza nos permite observar.

 







Al regreso al barco, cenamos una ensalada de vegetales que tenía zanahoria, lechuga, tomate uva y pepino. Como segundo plato, salmón y de postre dulce de leche.

Más entrada la noche, proyectaron en la sala de conferencias, la película “La Marcha de los Pingüinos

Continuará…

 

 




 

 


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