19/19 Oslo, con mucho para conocer
Originalmente publicado en el Diario de Yucatán, Imagen-Calidad de vida. 22/09/2011
Los habitantes del lejano país tienen alto nivel de vida Oslo, la capital Noruega, tiene muchos menos habitantes que la ciudad de Mérida. Pero se nota el alto nivel de vida de sus habitantes. La infraestructura es de las grandes ciudades.
El sistema de transporte urbano está integrado por autobuses, tranvías, trenes y el metro. En los dos días que estuve por ahí, hice un recorrido guiado en el turibús por sus principales calles. El primer día visité dos museos: el Vikingskiphuset o de Barcos Vikingos y el Fram, ambos en la zona conocida como Bygdøy. En el primero, se exhibían dos barcos completos y de otro solo unos restos fechados en el siglo IX. En ese mismo recinto se encuentran unos trineos de madera para la nieve, también de la época.
Museo de Barcos Vikingos, Bygdøy en Oslo, Noruega
Interior del Museo de Barcos Vikingos
Interior del Museo de Barcos Vikingos
Interior del Museo de Barcos Vikingos
Interior del Museo de Barcos Vikingos
Por otro lado, en el Museo Fram, se encuentra un barco del mismo nombre construido en 1892, que fue utilizado por exploradores polares a fines del siglo XIX y principios del XX, entre los que destacan Fridtjof Nansen, Otto Sverdrup y Roald Amundsen, en sus viajes al Ártico y a la Antártida.
Letrero en la zona de museos de Bygdøy en Oslo, Noruega
Museo Fram, Bygdøy en Oslo, Noruega
Vista de la proa del barco FRAM en el interior del museo
Vista de la proa del barco FRAM en el interior del museo
Objetos utilizados en las expediciones del Fram
Cubierta principal del Fram
Cubierta principal del Fram
Aves captadas en la zona del Bygdoy, frente al Museo Fram.
Ave captada en la zona del Bygdoy.
Éste, de gran tamaño, ocupa todo el inmueble, que fue construido mientras el barco ya estaba ahí. Se puede recorrer su interior, y ver las cabinas de los exploradores, el cuarto de máquinas, etc. En toda la pared interior del edificio se exhiben diversos artículos usados durante las expediciones polares: telescopios, teodolitos, diversas armas, vestimenta, etc. Igualmente se describen detalladamente dichas exploraciones.
Por la tarde caminé por el centro de la ciudad y fui al Opera House, imponente edificio de color blanco y formas rectas e irregulares, en cuyos techos se puede subir y caminar, obteniendo bonitas vistas de la bahía y de la ciudad. También recorrí la calle Karl Johans Gate.
Oslo Opera House
Edificios emblemáticos
Durante el recorrido vimos el Teatro Nacional, la Universidad de Oslo y el Slottet o Palacio Real, así como los verdes jardines que lo rodean. Ya por mi cuenta, visité posteriormente el edificio del Ayuntamiento, y el edificio administrativo de los Premio Nobel de la Paz. Frente a estos últimos, se encuentra un muelle, en el que se puede observar barcos de todo tipo, entre ellos ferrys que cruzan a Dinamarca.
Universidad de Oslo
Palacio Real, Oslo
Aves en los jardines cercanos al Palacio Real
Oficinas del Premio Nobel de la Paz, en Oslo
Zona de barcos, marina en Oslo
Bandera Noruega
Al día siguiente, hice otro recorrido por la ciudad, pero en esta ocasión me detuve en otros dos lugares: primero en el jardín de esculturas Vigelandsparken. En él se observan varias decenas de estatuas en bronce, todas de personas: hombres, mujeres y niños, de todas las edades, pero sin ropa. Igualmente enormes y bellos jardines y lagos. Una enorme fuente se encuentra al centro. Más atrás, otras estatuas, de igual forma y estilo que las anteriores, pero en piedra de granito. Las estatuas ubicadas en círculo, en cuyo centro destaca una denominada El Monolito, hecha de una sola piedra, de 14 metros de altura, pero con forma de una torre humana, compuesta de 121 figuras, igualmente todas desnudas. ¿En qué estaría pensando el señor Gustav Vigeland?
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas. Estatua del escultor Vigeland
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas. Escultura bronce.
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas. Escultura bronce.
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas. Escultura bronce.
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas. Escultura bronce.
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas. Grupo de niños y sus maestros
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas.
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas.
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas. Escultura de una torre de granito en una sola pieza.
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas. 121 esculturas en bronce y granito
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas. 121 esculturas en bronce y granito
Parque de Vigeland, o Parque de las esculturas. Niño enojado o con “rabieta”, el (“Sinnataggen”)
Posteriormente me dirigí al Norsk Folkemuseum o Museo de la Cultura e Historia Noruega, donde observé exposiciones de ropa tradicional usada por los habitantes de ese país a través de los siglos, diversos objetos habituales en las casas de esa época. Este museo es bastante amplio, y se pueden conocer cómo eran las antiguas casas, su interior y hasta una tienda de abarrotes de fines del siglo XIX. Destaca la iglesia Stavkirke, un templo medieval construido en madera aproximadamente en el siglo XII, de particular diseño arquitectónico. Su interior luce oscuro, pero con poca iluminación se observa la belleza de su altar.
Museo de la Cultura Noruega
Museo de la Cultura Noruega
Una tienda de época, Museo de la Cultura Noruega
Gol stavkyrkje o Iglesia de madera de Gol construida en el S. XII, Museo de la Cultura Noruega
Gol stavkyrkje o Iglesia de madera de Gol construida en el S. XII, Museo de la Cultura Noruega.
Interior del Gol stavkyrkje o Iglesia de madera de Gol construida en el S. XII, Museo de la Cultura Noruega
Interior del Gol stavkyrkje o Iglesia de madera de Gol construida en el S. XII, Museo de la Cultura Noruega
El miércoles 7 inicié temprano con los preparativos para la salida a Mérida. Hubo un atraso de más de una hora en el primer vuelo, que pusieron en riesgo las conexiones de mi itinerario, pero como el atraso fue generalizado, también se demoró el siguiente vuelo transcontinental. Nunca nos dijeron, pero luego me enteré de un accidente aéreo en Rusia.
El avión en ruta a América, pasó sobre el sur de Groenlandia, y pude observar desde el aire, otra vez los imponentes icebergs flotando en el mar. Pero ya estoy otra vez por acá, en las tierras que tanto quiero, y lo confirmo una vez más, ahora que estuve fuera.
Volando sobre Groenlandia, durante el regreso a México
Volando sobre Groenlandia, durante el regreso a México
Volando sobre Groenlandia, durante el regreso a México
Al recapitular lo hecho y sucedido en estas tres semanas, parecen que fueron seis. Son tantos los eventos, que me es difícil dimensionar que fueron solo 23 días. Sin lugar a dudas, ha sido exitoso..-
Humberto Sánchez Baquedano
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