12/19 A la espera de los osos polares entre el hielo
Originalmente publicado en el Diario de Yucatán, Imagen-Calidad de vida. 29/08/2011
Crónica de un viaje
Ayer domingo hemos corrido nuestro horario una hora más, para ajustarnos al del destino final, siendo ahora +6 horas respecto a Mérida.
Hemos dejado tierra firme, y ahora navegamos entre icebergs el mar de Groenlandia, con rumbo hacia el norte. Amaneció nublado y con mucha niebla.
Black-legged kittiwake
La visibilidad no es muy profunda, quizás unos 500 metros. Hemos visto gaviotas árticas y algunas “little auks”.
Little auk o mérgulo atlántico (Alle alle)
Estamos en busca de uno de los atractivos de esta expedición: el oso polar o “nanoq” como se le llama por acá (Ursus maritimus). Esta zona es su hábitat por excelencia.
Ante la inmensidad de la zona, hay que esperar hasta que aparezca. En el puente de mando están en alerta buscándolo, para acercarse y verlo desde cubierta. Ya estamos ansiosos. Ya son las 11:30 a.m. y la temperatura exterior es de 0.0 C.
El boletín diario de noticias nos informa que el huracán Irene afectará la costa noreste de los Estados Unidos, así como otras malas noticias de violencia en un casino en México, así que no estamos tan desconectados del resto del mundo como parece.
El boletín de noticias diario, disponible en el bar para cualquier pasajero
El rango de edades de los pasajeros de esta expedición es bastante amplio.El más joven recién cumplió 15 años y el de mayor edad, 84 años, existiendo así una diferencia de casi 70 años. Buena parte de ellos han hecho viajes por todo el mundo, incluyendo la Antártida. Es tema común de charla durante las comidas, las experiencias tenidas en viajes previos. Algunas señoras mayores que quizás ya sean bisabuelas, me asombran por su estado físico, por la forma activa en que participan en las expediciones, trepando montañas y haciendo extensas y agotadoras caminatas. Algunas usando un bastón especial, pero muy ágiles.Ya son las 5 p.m. y el oso polar no aparece aún. Su búsqueda se complica, porque la niebla está cada vez mas densa y la visibilidad ha disminuido a menos de 100 metros en el horizonte. En esta navegación, el mar está lleno de trozos de hielo por doquier. Hay todavía muchas oportunidades para que aparezca. La temperatura exterior es de -1.0 C. y ya no se puede estar en cubierta por mucho tiempo. Las manos se me congelan y las necesito libres para operar las cámaras de fotografía y vídeo.
Vista del mar que estamos atravesando frente a las costas de Groenlandia, rumbo hacia el norte
Annie, a babor, en busca de osos polares sobre los témpanos de hielo
Son más de las 8:30 p.m. y los osos no aparecieron. En estos momentos ya estamos yendo rumbo hacia las Islas Svalbard, un grupo de islas pertenecientes a Noruega, y que están a poco más de 1,000 kilómetros del Polo Norte geográfico. La navegación para llegar se llevará dos días. Ahí se explorarán varios puntos en los que esperamos encontrarnos de cerca, ahora sí, del feroz animal. El destino final es el poblado de Longyearbyen, en Spitsbergen, Islas Svalbard, Noruega.-
Humberto Sánchez Baquedano, abordo del Akademik Sergey Vavilov, navegando el mar de Groenlandia, con rumbo hacia las Islas Svalbard, Noruega, a 28 de agosto de 2011
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